Donald Trump decidió dar la noticia él mismo como presidente de Estados Unidos: sus fuerzas atacaron un bote en el Caribe que procedía de Venezuela cargado de drogas, anunció.
“Hace tiempo que llegan muchas drogas a nuestro país. Y estas venían de Venezuela y en grandes cantidades”, dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca el martes.
Más tarde, el mandatario agregó en la plataforma Truth Social que el ataque lo lanzaron ese mismo día por orden suya fuerzas militares de EE.UU. “contra narcoterroristas del Tren de Aragua” que llevaban drogas en aguas internacionales hacia su país, 11 de los cuales murieron.
Junto al mensaje, Trump divulgó un video en blanco y negro donde parece verse desde el aire una lancha rápida en el mar con personas a bordo que explota de forma repentina.
El anuncio ocurre en momentos en que el gobierno de Trump acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de liderar un cartel de drogas y mientras EE.UU. realiza un despliegue de fuerzas navales en el sur del Caribe sur considerado insólito por analistas.
“Esto es sin dudas una escalada”, dice sobre el ataque a la embarcación Alan McPherson, un experto en relaciones de EE.UU. con América Latina que dirige el Centro para el estudio de la fuerza y la diplomacia en la Universidad de Temple, en declaraciones a BBC Mundo.
La pregunta entonces es qué busca Trump con semejante muestra de poderío militar, que Maduro denuncia como una amenaza en su contra.
“Diplomacia de cañonero”
Trump ha marcado como una prioridad la lucha contra el narcotráfico y en julio firmó una directiva secreta para que los militares de EE.UU. puedan atacar a carteles de drogas latinoamericanos que defina como grupos “terroristas”.
Ese mismo mes, Washington estableció que en Venezuela hay una organización “terrorista” denominada Cartel de los Soles que encabezan Maduro y otros altos funcionarios del país, conectada con otros grupos que califica del mismo modo, como el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa.